martes, 6 de diciembre de 2011

Un regalo proveniente de la intención de agraviar vedadamente.

- Fui marchando decidido, inmerso en una rígida y marcial convicción. Parecía acompañarme en cada uno de mis pasos, firmes y precisos, un grupo de tambores, tan enajenados como yo. Fui impertérrito hacia un estridente y pretencioso comercio de electro domésticos pseudo-futuristas. Llevaba en mis desacomodadas entrañas, la intención aviesa de comprar algún articulo falaz, que representara algo distinto de lo que en realidad era. Fui a comprar un acto de ilusionismo, un acto de pura, puta y simple magia; implícita en algún objeto vulgar, de total y extremísima vulgaridad, que se me antojara una síntesis... una metáfora... de algo. ¿No se?  
Vi un exprimidor de fruta, también conocido por el publico en general, como juguera o multi-juguera, que tenia un desopilante aspecto extra-galáctico. ¿ Podría ser ?  
- Pero no...¡ No !!!
- Había una infinidad de extrañisimas pelotudeces: una radio hiper-chata totalmente digital con un imán para poner en la heladera, un ultra-mini-grabador con aspecto de lapicera, una micro-refrigeradora de bebidas enlatadas... ¿ Una depiladora definitiva por luz pulsada ?... Una cafetera express totalmente automatizada que se asemejaba a la reproducción en escala de un submarino nuclear, una jarra térmica multicolor que incluía un reproductor digital de fotografías, una supuesta freidora "inteligente"... un horno eléctrico con puerto usb, para vaya uno a saber que cosa y una interminable y mefistofélica cantidad de ilimitados etc... 
- La gente que me rodeaba, incluidos los vendedores, parecían compartir un lenguaje particular, como una suerte de dialecto espasmódico, que se me hacia exasperantemente ajeno y por momentos totalmente incomprensible.  
   - Paremos... - A ver si nos entendemos, quiero comprar una mentira. Pero una mentira que parezca cierta, alguna cosa desorbitadamente rara, en lo posible muy, pero muy voluminosa, exagerada en todos los sentidos y acepciones posibles, y brillante; si tiene alguna utilidad mejor, y si no, no importa. Ok. No quiero gastar mucho. En realidad no quiero gastar absolutamente nada de nada, ni una puta y deshilvanada mierda; pero eso a vos, estimado Gauchito, con todo respeto te lo digo, no tiene porque importarte un reverendo, soberano y enaltecido carajo. - ¿ Esto es correcto ? - Dale, bien entonces... bien.
- El tipo que me atendía parecía no comprenderme enteramente. Diría mejor, ni minimamente. Me miraba entre espantado y sumido en una resignación cuasi-mística; en un momento me pareció que meditaba, según los usos y costumbres Hinduistas. Era un tipo joven, de unos veintipico, alto, muy delgado, como mal armado, y de una compleja piel: con un entramado sumamente irregular y de un color ligeramente aberenjenado.    
- La situación de búsqueda infructuosa, en virtud de mi profunda e intolerable incapacidad de aceptar la profusa variedad de insatisfacción y ansiedad que propone la vida cotidiana, en estos tiempos tan particularmente inmediatistas, se me hacia cada vez más inaceptable. Ademas con el transcurrir de la existencia, me he puesto cada vez más reacio al contacto con las multitudes diseminadas, al estilo de hormigas enardecidas, que frecuentan estos centros de consumo masivo de ineficaces estupideces.
- Por momentos empezó a parecerme que él Hinduista me tomaba el pelo.     
- De pronto se hizo la luz...Frente a mis ojos una extrañisima y redonda extravagancia. - ¿Que fantastico corno es esto? 
   - Esto es un recuperador de magnetismo y al mismo tiempo una conservadora de hielo. Me contesto, el ascético vendedor.
   - ¡ Muy bien querido Plin, me lo llevo !!!  
- Partí del lugar lleno de gozo, pleno, vibrante, con el agrado derivado del deber cumplido. "Hasta la total e incontrastable victoria, siempre"  
    

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