jueves, 6 de junio de 2013

Nada más, ¿o sí?

   Un tipo, como una hoja moribundamente amarilla flotando de manera permanente en el aire, sostenido en él, sin solución de continuidad, por diferentes vientos que lo toman alternativa o simultáneamente. Viviendo ese ir y venir por un paisaje urbano atiborrado de desperdicios y silencios. Sin siquiera pretender entender, dejándose llevar por los vientos inexplicables y sus consecuencias. Nada funciona bien, todo se descompone, todo el tiempo, una y otra vez... es una constante, quizás la única; el resto, parece ser, absoluta e irrevocable aleatoriedad. Continuidad de horas difusas con el único sentido de las agujas de un reloj que no se detiene, sólo para morir -esa podría ser otra constante- nada más... O vaya a saber uno qué.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario