Estoy
viendo la minúscula franja abstracta que separa el bien del mal, la razón de la
locura, el triunfo de la derrota, incluso hasta la vida de la muerte; a veces
no hay más que unos pocos pasos entre esos opuestos tan salvajemente
enfrentados; aunque nos resulte tranquilizador entrever distancias mayores,
muchas veces hay sólo centímetros, escasos, como para cubrirlos con un simple tropiezo.
La vida conlleva ese nivel de presencia de la adversidad y, por otra parte,
generalmente, hay algo de extraña gracia en las caídas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario