A la memoria del “Perro
rojo”.
Nos conocimos bajo
circunstancias que podrían considerarse en un todo y de pleno, como “objetivamente
especiales” o "relativamente atípicas". Una recurrente inclinación mía a infringir la en ese momento tan estrictamente cuidada y grandilocuente ley imperante de lucha (a brazo partido) contra las "diabólicas" drogas. Las llamadas “ilícitas” y también contra el empleo indebido de las de curso legal. Todo esto, en sus variantes posibles, de trafico, venta decididamente mayorista, parcialmente mayorista, minorista, ridículamente minorista y también y fundamentalmente, el uso lúdico, el recreativo, el abuso extrovertido, el gris y o la desorbitada dependencia (en
mi caso liso y llano, por cierto, solo se trataba de abundante y variada tenencia para consumo estrictamente personal y de carácter exploratorio... y o de circunstancial abuso extra-exploratorio). Y en el caso de él: su dificultosamente remediable condición estructural de
carne desarrollada desde la más tierna infancia para recalar en las abominables tumbas formuladas a tal efecto. Estas circunstancias nos reunieron por un periodo breve de tiempo en una “institución” execrable,
de esas en que las tensas rejas, los muros inagotables, las mugres irredimibles, las
cerraduras y las llaves se adueñan de la casi totalidad del paisaje. La misma
llevaba y lleva hasta el momento, el nombre de un militar Argentino (Teniente
General) que fuera dos veces Presidente de la “Republica”, y representó,
representa y representará seguramente, como suele suceder en estos casos, visiones
completamente antagónicas, “según el cristal con el que se lo elija mirar”. Para algunos: “Prócer” y “Padre” excretor de
la inconmensurable patria amada.
Para otros tantos: “Vil genocida”.
- Yo en mi enfoque confusamente
maniqueo, limitado, extemporáneo, sesgado y por sobre todo descarrilado y subjetivo,
me siento inclinado a calificar a este sujeto del pasado, presente en billetes
de alta denominación vigentes en estos tiempos que corren o simulan correr a
gran velocidad, de soberano hijo de varios millones de enormes y deformadisimos
culos de hediondez extremadísima.
- En lo que a atañe a mi
hermano circunstancial. Del que no puedo recordar nombre, apellido, ni tan
siquiera pseudónimo y me inclino a nombrar caprichosamente como: “Perro rojo”. Solo
puedo decir que admiré cada segundo de su valiente indignación, que no pudo ser
lijada por las frecuentes palizas a las que era sometido por la autoridad pertinente, con infinita y dedicada crueldad.
Lo recuerdo escribiendo
sobre la pared de una sala común con la sangre que brotaba de su herida nariz: “Chanchos
de mierda”.
- Para vos hermano, son
cada una de estas ineptas, titubeantes y gruesas líneas. ¿Donde quiera que te
encuentres?
- Yo soy tu sombra loco,
tu sombra… y cuando escribo de mi, escribo de vos.
- Un mal boxeador que va a
dar pelea ¡Siempre! Hasta que la pisoteada lona, plagada de multicolor publicidad insensata, me abrace definitivamente.
Aproximación.
- Algunos caminos son de
alguna manera fundacionales en la vida de las personas.
El haberlos transitado nos
vuelve inevitablemente distintos, podría decirse también, irreparablemente otros.
Nadie que haya pasado unos
días por el encierro institucionalizado, llámese: cárcel, preventorio,
manicomio, etc… Puede dejar ese tiempo escondido en algún archivo abstracto.
Esa porción de vida
enajenada de la vida, es invariablemente un tatuaje en la piel, en las entrañas
y en la mente. En mi caso: una serpiente de cascabel enroscada en un puñal con
una cabeza de dragón tallada en la empuñadura.
Obviamente la invitación que
hago a continuación es a un juego intelectual, a un juego metafórico.
- ¡Va!… La verdad, es que
no lo tengo del todo claro.
- Elijan ustedes.
Unos días en la cárcel.
- Un instante, un segundo,
un maldito paso en falso y la vida puede cambiar drástica y dramáticamente.
- Las personas
trastabillamos en algunos pequeños pozos que parecen inconcebibles, por
insignificantes.
- ¿Quizás, trampas
instaladas para que no olvidemos la posibilidad irremediable de tropezar?
- Entrar calladamente,
habiendo dejado atrás todos los restos de la verdadera y única vida. Entrar a
ese mundo exaltadamente opresivo, donde la violenta incomodidad se adueña de todos
los resquicios.
- Reverberan en el pasillo
fatídico los datos metálicos del inminente encierro.
- No hay, ni puede haber
jamás un lugar sano entre esas paredes infectas, cargadas con todas las
miserias de las que se tiene conciencia.
- Su Señoría dispuso,
desde su promisorio y portentoso estrado, la suerte oscura del reo.
- Amplificación!!!... del
pasado, del presente extraviado y difuso... del futuro absolutamente incierto,
aunque casi con seguridad desastrado. Nada puede ser igual... igual... o igual.
- Nunca nada deberá ni
podrá ser lo mismo, para la putrefacta personificación que ingrese en el
circuito enajenado del "circulo oficial, honestamente constituido".
- En virtud de los hechos
acaecidos; acaecidos los hechos, en por lo menos aparente ausencia de lo que
solemos considerar "virtud". Amén.
- ¡Será justicia! ?...
- Aplauso, medalla
degradadamente dorada y beso negro.
- Digresiones descarriadas
en los primeros instantes en la mazmorra.
- (Que suerte de mierda,
la concha de la reputisima madre de dios y de todos los santos del orto. ¿Cómo
puede ser? Que terrible y soberana cagada. Después de todo: ¿Qué carajo hice
mal? Les resulta conveniente tener siempre a mano un chivo expiatorio, para
desplazar hacia él, toda la mugre que generan).
- La vieja y transitada
opereta, de la vida entera pasándonos en segundos por delante; lluvia de
recuerdos, de sonrisas, de caras infinitamente amadas, de dolores agudos...
- La estéril e inapropiada
búsqueda de un objeto punzante con el que cortarse las putas venas.
- Toda persona debería
pasar algunos días en la cárcel. Aunque más no sea unos pocos.
- No se puede negar la
relevancia y la capacidad explosiva y expansora de las experiencias
traumáticas.
- Damas y caballeros:
¡Busquen el trauma! O por lo menos no lo eludan.
- Algunas veces se
pretende establecer un paréntesis. Un cambio repentino hacia otras visiones,
otros actos, otras preferencias. El objetivo suele ser alejarse de la
cotidianeidad y su profusa continuidad de hechos monocordes.
- Mis alejamientos preferidos...
expandirme... excitarme... eyectarme.
- Tu voz insinuante, tu
piel suave.
- Eyacular hasta el borde
mismo del desmayo.
- Una playa desierta de
aguas cálidas, el reparo cercano de una vegetación cautivante.
- Cielo.
- Acelerar.
- El torrente adrenalinico.
- Puta madre.
- La reputisima madre.
- Que tremenda e
iridiscente reputisima madre.
- Hay fulgurantes ideas
inesperadas, que cuando asaltan vertiginosas nuestras mentes, las consideramos
inmediatamente como desatinadas, alocadas, desaforadas, desalineadas; es que en
ellas puede encontrarse adentrado el germen de algo que salta la barrera
impuesta por las convenciones del sistema que reconocemos como imperante; el
imperio del infinito e insondable "estado de las cosas".
Esas ocurrencias suelen
surcar el pensamiento a la velocidad de la luz, porque resultan profundamente
incomodas, hasta intolerables.
No se puede, ni se debe
pensar más allá de los límites recomendados por una sociedad, de la que somos
irremediablemente socios; aún sin adherir completamente, a veces ni
cercanamente, a sus preceptos, dogmas y propuestas de sentido constitutivo.
En mi carácter de
ferviente y consecuente desequilibrado, no puedo evitar creer: -que hurgando
por afuera de esos límites, esta la única posibilidad de encontrar algún
criterio más humano que el de la supuesta humanidad de la que somos
infinitesimal parte.
Este principio es aplicado
sin mayores contradicciones en la investigación científica, en el arte...-¿ Que
sería del mundo sin los inspirados "dementes" que cruzan incorrectos
los ingobernables y extremados “ríos torrenciales”, sin el temor que subyace en
la enorme mayoría de las personas de ser considerados por los otros como
"dementes"???
- Pero cuando se trata de
aspectos concernientes a la organización de las personas en comunidad, los
límites se vuelven automáticamente más rígidos, en algunos casos
"absolutamente" inquebrantables.
Aunque cualquier persona
de mediana inteligencia, pueda reconocer que "lo absoluto" es un
concepto profundamente alejado de "lo humano"; "lo
absoluto" prescinde permanentemente de "lo humano" en nuestros
exasperantes e "inhumanos" usos y costumbres, estilos de vida; en el
imperio del infinito e insondable "estado de las cosas".
- Aplauso, medalla
degradadamenté dorada y beso extensamente negro.
- La droga es un camino de
ida... y vuelta... e ida... y vuelta... e ida...
- El brioso alcohol igual.
- La vida es
invariablemente un camino de ida. ¿No?
- La oxidación evidente no
nos deja mentir.
- Toda persona debería
pasar algunos terribles días en una horrible cárcel. Aunque más no sea unos
pocos pero interminables días de mierda licuada.
Volver a caer.
Soñando una canción
tristísima en la noche anterior a un desatino.
- La oscura noche sin
vestigios de luna, suele contener para algunos, fuertes dosis de intrincada desmesura.
A la batalla insomne, le
puede seguir una caída en trance que no me animaría a denominar sueño.
- Unas decrepitas notas
aisladas, ejecutadas con algo parecido a un violonchelo, pero que no es un
violonchelo, o si lo fuera estaría tratado con algún procesador electrónico.
Asqueroso, insultante, abusivo,
blasfemo.
Las cuerdas salvajemente
percutidas por un arco que tendía a deshilvanarse raudamente.
-Esas noches extensas,
cuando tienen el carácter de ser previas a algo importante, o no. Guardan en si
mismas las respuestas, a lo que posteriormente será, sin lugar a ninguna duda:
la verdad absolutamente revelada; solvente, material y precisa. Que antes no
fue vista, ni prevista, ni siquiera entrevista o soñada, claro está.
- Porque la vida suele
jugar con nosotros, con la misma habilidad con la que el viento juega con las
hojas desprevenidas, de los arboles más desprevenidos aún. Y esta comparación
extensamente odiosa, planamente reiterada hasta el hartazgo y la vergüenza, es
el símbolo más firme que encuentro para representar la tantas veces
inexpugnable aleatoriedad de la existencia.
Porque el tan mentado y
mentolado... y convencionalmente coloreado libre albedrío, es tan solo un juego
desbastado, al que le faltan, al mismo tiempo que le sobran, todas las
miserables y malditas reglas. - ¿Entendés?
- Te lo cuento susurrando,
como quien canta una tenue canción de cuna. En el tono de un niño muy, pero
muy, pero muy, muy ínfimo, y con la voz distorsionada de la ancianidad y la
decrepitud más extrema.
- Porque esta noche se
perderá en un gruñido áspero, que durará mucho tiempo.
- ¡Suerte! - La vamos a
necesitar.
Mañana numero uno y
mediodía abstracto.
- El comienzo del fin de
mi futuro, se fue despertando esa mañana demorada e inexpresiva; quizás un poco
por lo alterado del clima: cielo muy pero muy gris, con un poco de naranja y
bastante blanco, y una brisa arremolinada y tensa; o quizás: por lo informe de
mis pensamientos acumulados, en aquellos momentos tan particularmente
extraviados.
Para darle solida y
exponencial potencia constitutiva al día en cuestión, porque siempre he sido
una bestia, desde que tengo uso de algo que podría ser considerado similar a la
razón; me prepare un extraordinario desayuno de estilo salvajemente extremado
con: Jack Daniel's Black Label Old Number 7 of Tennessee. United States of
Fucking America. Fucking Whiskey... y unas infernales medialunas de antigüedad
no precisable ni con Carbono-14, untadas rigurosa y pulcramente, con un queso
azul profundo escarnio, congruentemente podridísimo.
Después, un dilatado e
inapropiado sueño despierto, enfrentado, o trabado en lucha, con una melodía
colosalmente deshilvanada y desproporcionada.
- Los hechos, como es
habitual en estos casos, y en circunstancias similares, se sucedieron a otros
hechos inmediatamente anteriores, que hasta ese instante no guardaban demasiada
o ninguna relevancia.
- Tenia más ganas de
perder que de ganar...
- Las caídas no suelen ser
un problema grave, ni complejo, para quien las conoce acabadamente, en sus
variadas formas, texturas y colores... y sabe del gusto especial de la lona al
besarla.
- Las caídas no son para
nada, un gran problema.
- Un recuerdo nítido de
aquel esperpento, que con la cara completamente molida a golpes, levantaba
victorioso los brazos inválidos.
- Me gusta desaforadamente
la exageración... y vociferar es una de mis actividades favoritas.
El canto descarriado y
despilfarrante de brío, con total carencia de sentido, es una de las formas de
arte menos transitadas y más valorables, según mi leal saber y entender.
- El viejo asqueroso,
desalineado y demente, al que no puedo nombrar, porque me querellaría sin lugar
a la más mínima duda; vocifera constantemente con su colorida y altanera
trompeta blasfema... y muchos jóvenes y promisorios "profesionales"
reconocidos en el "ambiente" del encierro estilístico, académico y
academicista, recurren al soberano animal, hijo de cientos de miles de hilos de
mierda, cubierto integralmente en una profusa capa de grasa infecto contagiosa,
para intentar perfeccionar lo enteramente imperfeccionable.
- Paradojas...
- "Tenés fuego en las
venas y en el culo un enorme torpedo eyector, fuente descaradamente emanante
del bramido primario y de toda forma posible de extracción de las viscerales
representaciones del sentido de la existencia, de la razón, la sinrazón, la
justicia e injusticia... la moralidad, inmoralidad y de todos los usos y
costumbres, humanos y humanoides, posibles. Catalogados en densos, intrincados
y valorados volúmenes, de procedencias diversas".
- Algunos boxeadores se
parecen muchísimo a algunos trompetistas, o viceversa. -Y no lo digo por vos,
viejo puto.
- La calle estaba más
exasperadamente incierta que la mañana.
- Me senté a moler el
tiempo en un arrabal, hecho Bar, y hecho mierda; viendo pasar lo que no se
suele ver, porque ese era mi estado. Mi ánimo infiltrado por la desdicha y el
acorralamiento, corría en el sentido de las agujas de un reloj hipnótico y
desquiciado.
- No quiero ver a nadie
conocido.
- No quiero reconocer a
nadie.
- No quiero tener a nadie
cerca.
- No debo...
- Que el maltrato sea solo
para mi. -No lo comparto...
- Prefiero no hablar...tan
solo lo imprescindible.
¿Puede ser brillante el
humo de un cigarro? ¿Puede ser brillante el maldito y desconsiderado humo de
una puta breva? La recalcadisima concha de la madre de dios padre, hijo o
espíritu santo.
¿Escuchaste decir alguna
vez: "el tiempo duele”???
- Te duele hasta el alma,
en la que descrees ferviente y tenazmente.
- Se descorazona la mañana
y el sol inflamado llega a su desconfigurado cenit. Amén.
- ¡Quiero comer algo muy picante!!!
El reposo del guerrero
insolvente.
- Una siesta enferma en un
banquillo de acusado duro como las piedras, porque así son, fueron y serán
irremediablemente las cosas. Porque de piedras esta hecha gran parte de la
existencia. ¿Parece?
- Que el letrado, en su
conocimiento de las razones y las causas, de su versión especifica y acabada de
los hechos. Yo solo sé que soy un hombre enteramente inocente, absolutamente
inocente… e injustamente maltratado...
- ¿Doctor, me convida dos
millones de cigarrillos? - Siento deseos de fumar como un loco.
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